Impacientes mis ojos
Que solo saben mirarte
Necio corazón
Que solo pretende amarte
Brutal nostalgia de distancias que no cambian
Rompo en llanto solo
para que puedas consolarme
Duermo el sueño
en el que vengas a despertarme
atroz angustia de distancias que no cambian
Venero al hilo
que me ata a tu existencia
Bendigo a la marea
Que, naufraga, me llevo a tu presencia
Insolencia de distancias que no cambian
Y predico, entonces
tus palabras que me llenan de esperanza
“amor, estare ahí cada mañana”
Inocentes distancias que se apagan
Cada noche
Cuando tu voz me abraza
sábado, 30 de abril de 2011
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